domingo, 22 de mayo de 2016

"LA INNOVACIÓN EDUCATIVA EN AMÉRICA LATINA: ELEMENTOS COMPARATIVOS EN MÉXICO" Mtra. Magdalena Contreras Hernández

Introducción.

La política renovada de innovaciones educativas en México y en América Latina surge debido al rol del conocimiento en los procesos productivos y a la velocidad en la que ahora se produce el conocimiento, y al impacto que tiene la globalización en la cultura de la población (Tedesco, citado por Blanco y Messina, 2000).

La educación nacional, vive cambios y ajustes en cuanto a contenidos, enfoques y metodologías acordes a las necesidades sociales, económicas y culturales actuales, cuidando que sea congruente lo aprendido en las aulas y lo requerido fuera de ellas. Es por ello que se habla ahora de competencias para la vida tales como las competencias para el aprendizaje permanente, para el manejo de la información, para el manejo de situaciones, para la convivencia y para la vida en sociedad.  

Así mismo, se incorpora una nueva perspectiva que implica la plena consciencia del actuar humano tendiente a armonizar su comportamiento en todos sus contextos de acción y en relación con todas las personas con quienes convive diariamente en todos los ámbitos de la vida diaria. Lo anterior exige un equipo docente que se sepa, se sienta y sea parte de un colectivo colaborativo consciente del rol actual que debe desempeñar en beneficio de la mejora educativa.

Desde esta perspectiva surge el tema de la innovación tendiente a introducir los cambios pertinentes para lograr los objetivos propuestos, tarea nada fácil por la complejidad conceptual y práctica de lo innovador. Por lo anterior, en el presente documento se hará un breve análisis de la problemática encontrada en cuanto al tema de innovación educativa en América Latina y en México.

1.    La innovación educativa.

Hablar de innovación educativa implica incorporar diversos elementos para la modificación de situaciones un tanto rutinarias que limitan la mejora de la educación en cualquier nivel. El tema adquiere relevancia en la década de los años setentas, aludiendo en una primera acepción desde lo léxico a “la introducción de algo nuevo” (Barraza, 2005, p. 21), a la creación de algún elemento nunca antes visto o trabajado en el espacio escolar. Sin embargo, la definición acorde a lo educativo tiene que ver con entender la innovación como “la selección, organización y utilización creativas de recursos humanos y materiales de maneras nuevas y propias que den como resultado la conquista de un nivel más alto con respecto a las metas y objetivos previamente marcados” (Barraza, 2005, p. 22).

La innovación educativa busca promover actitudes positivas en los integrantes de la comunidad escolar hacia todo lo que implique satisfacer las necesidades de aprendizaje del alumnado; crear espacios y mecanismos que permitan la creación y el intercambio de experiencias novedosas para la enseñanza y el aprendizaje, y promover transformaciones curriculares que propicien la calidad educativa. (Rimari, s/f).

De igual forma, “implica un cambio cultural que afecta a cada individuo, al grupo y al marco institucional” (Blanco y Messina, 2000, p. 64) con cambios en las actitudes, creencias, concepciones y prácticas de los involucrados en la educación en todos los niveles educativos, incluso en las formas de pensamiento (Gómez, 2002); además de romper con el equilibrio de determinadas estructuras que permean la rutina escolar.

Así mismo, cuando se introducen innovaciones pueden hacerse en función de seis tipos, tales como de adición(cuando se agrega algo nuevo al sistema educativo), de reforzamiento (al intensificar o consolidar algo ya existente), de eliminación (implica que se quite algún elemento, modelo de comportamiento o hábito nocivo para el aprendizaje, o bien, que no aporte beneficios al mismo), de sustitución (cuando un elemento es reemplazado por otro), de alteración (implica la sucesiva modificación de una estructura o modo de operar existente, sin que pierda su esencia ni existencia la estructura misma) y de reestructuración (es una reorganización que afecta la estructura completa del sistema con beneficios totales (Rimari, s/f).

2.    Problemáticas principales para la innovación en América Latina.

En el marco de la innovación se encuentran diversas dificultades enfocadas al espacio educativo, tanto en lo teórico o conceptual como en lo práctico, tales como los siguientes:

1.- Dificulta en el marco teórico de referencia, así como en la conceptualización del concepto, ya que existen variadas aproximaciones teóricas. Incluso Castillo (citado por     Blanco y Messina, 2000) menciona que las innovaciones serán educativas cuando provoquen un cambio en la persona, de lo contrario solo serán innovaciones en la educación. De igual forma, Unesco distingue el concepto de innovación referido a lo político y a lo administrativo, la innovación educativa para los cambios en objetivos y contenidos, y la innovación pedagógica específicamente para referirse a los métodos de enseñanza.

Así mismo, es necesario establecer la diferencia entre innovación, reforma y cambio ya que si bien es cierto son conceptos entrelazados no son sinónimos. Por un lado, una reforma educativa implica un proceso de innovación pero ambos conceptos poseen un grado de impacto diferente. De igual forma, toda innovación implica cambios pero no todos los cambios son innovación. Para Aguerrondo (citada por Blanco y Messina, 2000) la innovación puede ser a nivel micro y macro; la primera de ellas se refieren a los cambios parciales que se realizan en el sistema educativo, mientras que las segundas permiten las transformaciones globales o estructurales.

La problemática principal al intentar conceptualizar la innovación atañe al hecho de que tiene referentes de tipo político, social, cultural y epistemológico por lo que se ve y entiende desde diferentes ópticas con la consecuente dificultad para homogeneizar su percepción, lo cual va a depender del contexto en el cual se analice y de los referentes de quienes lo aborden.

2.- Criterios y procedimientos para la identificación de las innovaciones. Lo anterior debido a que no existen criterios homogéneos para filtrar lo que es innovador de lo que no lo es, además de que el mismo criterio es utilizado de forma imprecisa. Algunas organizaciones han intentado establecer procedimientos sistematizados con el fin de precisar las aportaciones realmente novedosas a manera de formularios o guías metodológicas. Países como Colombia, Chile y Brasil promueven proyectos en los cuales se rescatan y comparten prácticas docentes consideradas innovadoras como una forma de reconocer y apoyar lo innovador en el contexto educativo.

3.- El registro y la difusión de las innovaciones constituye otro problema debido a que no existe una base de datos sobre el tema; en cuanto al registro existen pocas bases de datos y algunas de ellas no tienen los elementos principales que permitan dar cuenta de lo que se considera innovador. De igual forma, la difusión es limitada, quedando solo en el espacio inmediato de producción sin traspasar fronteras ni beneficiar a contextos escolares más amplios.

4.- En cuanto a la continuidad y consolidación de las innovaciones puede decirse que resulta contradictorio con el concepto mismo, ya que al darle continuidad y consolidarse algún evento innovador no puede mantenerse así por mucho tiempo porque quizás perdería su esencia de innovación. Aun así, el problema de la continuidad y consolidación no permite que se enriquezcan dichas innovaciones dándose a conocer en otros espacios, y además porque existe una tendencia en las escuelas a estabilizar algunas prácticas en contraposición a la necesidad de cambios.

De igual forma, el problema de la continuidad o consolidación en otros contextos puede parecer ineludible debido a que como ya se ha mencionado, la conceptualización del término implica tomar en cuenta las características específicas de cada contexto, sus docentes, sus valores, sus costumbres y sus necesidades de cambio por lo que lo que es innovador en una comunidad y trae beneficios a su población, en otra escuela puede pasar inadvertida o totalmente inadecuada.

5.- La falta de evaluación y seguimiento es otra dificultad, ya que no existe la sistematización suficiente para determinar cuáles son los factores que permiten el éxito de la innovación, o bien la posibilidad de detectar posibles obstáculos en la misma para reorientar el proceso o hacer los ajustes pertinentes.

Para la evaluación y seguimiento es pertinente tomar en cuenta los siguientes elementos:
a)    La duración del proyecto, en un lapso de tres años para proceder a evaluarlo.
b)    El cambio de modelo y de actitud, analizando si realmente se ha dado la ruptura con modelos previos que se intentan sustituir.
c)    La implementación de las acciones, evaluando cómo se realizaron y qué se requirió para ello.
d)    La capacidad de integración, tomando en cuenta otros componentes del proceso educativo como ideas y prácticas ya existentes.
e)    Los impactos potenciales que pudiera tener en elementos como el currículo, los métodos de enseñanza, los docentes y el sistema educativo en general.

Es necesario mencionar, tal como menciona Poggi (2011) la pertinencia de efectuar una evaluación de tipo interno tanto como externo, ya que a la vez que se genera la capacidad de análisis de los actores principales, también se retroalimenta y se re-direcciona lo pertinente de acuerdo y bajo la mirada de otros. 

6.- La carencia de investigación y sistematización es otro problema debido a que no existe un ejercicio de reflexión desde la práctica ni una organización sobre lo implementado para actuar con eficacia y eficiencia en el espacio escolar. En este sentido “la finalidad de la sistematización es hacer conscientes los conocimientos que subyacen en la práctica, recuperarlos, ordenarlos, comunicarlos y traducirlos en propuestas de acción, adquiriendo conocimiento o teoría a partir de la práctica” (Blanco y Messina, 2000, p. 61).

3.    México y la innovación educativa.

Comparando lo encontrado en cuanto a problemática en América Latina en relación a México, es necesario mencionar que existe la misma dificultad en cuanto al registro y la difusión de las innovaciones constituyendo un problema, debido a que si bien es cierto que en algunos centros educativos del país se han creado e implementado algunas ideas innovadoras, no han tenido la difusión pertinente en un marco más amplio, aunque quizás se haya hecho en contextos limitados o reducidos.

Otro factor relevante ha sido la falta de recursos materiales y humanos que frenan en ocasiones la implementación o el buen desarrollo de la innovación, ya que aunque se tengan proyectos relevantes si no se cuenta con el recurso pertinente difícilmente se podrá llevar a buen término.

La preparación de los docentes constituye un elemento importante para ser mencionado como una problemática en el contexto de la innovación ya que como se recordará para que un cambio realmente sea innovación se requiere que provoque una transformación desde abajo, desde la base, modificando creencias y actitudes principalmente en los y las docentes, por lo que se requiere implementar programas permanentes que coadyuven a la toma de consciencia y a la sensibilización ante el cambio necesario en las sociedades actuales por parte de la planta docente del magisterio mexicano.

En este rubro, durante el sexenio gubernamental pasado hubo cierto avance en dichas ideas innovadoras ya que se propusieron acciones importantes como el establecimiento del Programa Nacional de Actualización Permanente para maestros de educación Básica (PRONAP) con la puesta en marcha año tras año de cursos estatales y trayectos formativos donde se abordaban temas pertinentes, relevantes y necesarios en la formación docente (López, 2010).

Una problemática encontrada en ambos contextos (México y América Latina) es la falta de seguimiento y de evaluación que se hace a lo implementado con tintes de innovación, por lo que no pueden detectarse los aspectos que pueden estar propiciando mejoras, o bien detectar aquellos elementos que entorpecen el proceso y que por ende requieren ser reajustados o incluso eliminado.
Por último, es importante mencionar que de acuerdo a Tedesco (citado en Blanco y Messina, 2000), el equilibrio entre la tradición pedagógica (saberes teóricos y prácticas docentes) como reflejo de una visión del mundo, y el apoyo institucional por parte de las autoridades educativas y del Estado será lo que posibilite la minimización de cualquier problemática surgida en cuanto a la innovación educativa, tanto en México como en cualquier nación del orbe. Si alguno de estos dos elementos falla difícilmente se podrá hablar de innovación aun cuando se presenten cambios en el contexto educativo.

Conclusiones.

La innovación no debe concebirse como un proceso ahistórico ya que va a depender de contextos socio-culturales específicos y en un tiempo y espacio determinado, es decir, lo que se considere como innovador dependerá de las circunstancias culturales y sociales que se presenten en determinadas sociedades en un tiempo especifico a través de la historia. Bajo esta perspectiva, lo que hace doscientos años cincuenta años era innovador ahora puede ya no serlo. Además, las creencias y referencias de cada sujeto variarán también a través del tiempo por lo que para unos puede ser novedoso para otros puede no serlo. 

Por lo anterior, quizás es pertinente buscar en el espacio educativo los elementos que permitan no el establecimiento de la innovación o hechos innovadores, sino la capacidad de innovar tratando de desarrollarla en los docentes y en las autoridades educativas y gubernamentales, por las diferencias de contextos en los cuales pueden implementarse.

Por último, para que una innovación realmente lo sea se requiere contar con varias condiciones tales como el compromiso y apoyo real de la parte política y gubernamental de toda sociedad que aspire a ser considerada innovadora, y el segundo elemento –igual de importante- lo constituye la modificación consciente y comprometida de los y las docentes, así como de los administradores y directivos escolares, para garantizar que los cambios se harán desde la base en beneficio del alumnado atendido en las aulas escolares.

Referencias bibliográficas.       

López, F. (2010). La reforma curricular en la educación básica. En Arnaut, A. y Giorguli, S. Los grandes problemas de México. México: El Colegio de México.
Barraza, A. (2005). Una conceptualización comprehensiva de la innovación educativa. Revista Innovación Educativa. Instituto Politécnico Nacional. 5 (28). pp. 19-31

Blanco, R. y Messina, G. (2000). La innovación educativa en América Latina. En Estado del arte sobre las innovaciones educativas en América Latina. Bogotá: Convenio Andrés Bello.

Gómez, M.G. (2002). La innovación y cambio para el mejoramiento escolar. México: Universidad Pedagógica Nacional.

Poggi, M. (2011). Innovaciones educativas y escuelas en contextos de pobreza. Evidencias para las políticas de algunas experiencias en América Latina. Buenos Aires: IIPE-UNESCO.


Rimari, W. (S/F). La innovación educativa. Un instrumento de desarrollo. Recuperado de http://www.uaa.mx/direcciones/dgdp/defaa/descargas/innovacion_educativa_octubre.pdf

Autora: Mtra. Magdalena Contreras Hernández.
CINADE, Zacatecas.

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