Introducción.
La política renovada de innovaciones educativas en México y en América
Latina surge debido al rol del conocimiento en los procesos productivos y a la
velocidad en la que ahora se produce el conocimiento, y al impacto que tiene la
globalización en la cultura de la población (Tedesco, citado por Blanco y
Messina, 2000).
La educación
nacional, vive cambios y ajustes en cuanto a contenidos, enfoques y
metodologías acordes a las necesidades sociales, económicas y culturales
actuales, cuidando que sea congruente lo aprendido en las aulas y lo requerido
fuera de ellas. Es por ello que se habla ahora de competencias para la vida
tales como las competencias para el aprendizaje permanente, para el manejo de
la información, para el manejo de situaciones, para la convivencia y para la
vida en sociedad.
Así mismo, se incorpora una nueva perspectiva
que implica la plena consciencia del actuar humano tendiente a armonizar su
comportamiento en todos sus contextos de acción y en relación con todas las
personas con quienes convive diariamente en todos los ámbitos de la vida
diaria. Lo anterior exige un equipo docente que se sepa, se sienta y
sea parte de un colectivo colaborativo consciente del rol actual que debe
desempeñar en beneficio de la mejora educativa.
Desde esta perspectiva surge el
tema de la innovación tendiente a introducir los cambios pertinentes para
lograr los objetivos propuestos, tarea nada fácil por la complejidad conceptual
y práctica de lo innovador. Por lo anterior, en el presente documento se hará
un breve análisis de la problemática encontrada en cuanto al tema de innovación
educativa en América Latina y en México.
1.
La innovación educativa.
Hablar
de innovación educativa implica incorporar diversos elementos para la modificación
de situaciones un tanto rutinarias que limitan la mejora de la educación en
cualquier nivel. El tema adquiere relevancia en la década de los años setentas,
aludiendo en una primera acepción desde lo léxico a “la introducción de algo
nuevo” (Barraza, 2005, p. 21), a la creación de algún elemento nunca antes visto o trabajado en el espacio escolar. Sin
embargo, la definición acorde a lo educativo tiene que ver con entender la
innovación como “la selección, organización y utilización creativas de recursos
humanos y materiales de maneras nuevas y propias que den como resultado la
conquista de un nivel más alto con respecto a las metas y objetivos previamente
marcados” (Barraza, 2005, p. 22).
La innovación educativa busca
promover actitudes positivas en los integrantes de la comunidad escolar hacia
todo lo que implique satisfacer las necesidades de aprendizaje del alumnado; crear
espacios y mecanismos que permitan la creación y el intercambio de experiencias
novedosas para la enseñanza y el aprendizaje, y promover transformaciones
curriculares que propicien la calidad educativa. (Rimari, s/f).
De igual forma, “implica
un cambio cultural que afecta a cada individuo, al grupo y al marco
institucional” (Blanco y Messina, 2000, p. 64) con cambios en las actitudes,
creencias, concepciones y prácticas de los involucrados en la educación en
todos los niveles educativos, incluso en las formas de pensamiento (Gómez,
2002); además de romper con el equilibrio de determinadas estructuras que
permean la rutina escolar.
Así mismo, cuando se
introducen innovaciones pueden hacerse en función de seis tipos, tales como de
adición(cuando se agrega algo nuevo al sistema educativo), de reforzamiento (al
intensificar o consolidar algo ya existente), de eliminación (implica que se
quite algún elemento, modelo de comportamiento o hábito nocivo para el
aprendizaje, o bien, que no aporte beneficios al mismo), de sustitución (cuando
un elemento es reemplazado por otro), de alteración (implica la sucesiva modificación de una estructura o modo de operar
existente, sin que pierda su esencia ni existencia la estructura misma) y de reestructuración (es una reorganización que afecta la
estructura completa del sistema con beneficios totales (Rimari, s/f).
2.
Problemáticas principales para la innovación en
América Latina.
En el marco de la innovación se encuentran diversas dificultades
enfocadas al espacio educativo, tanto en lo teórico o conceptual como en lo
práctico, tales como los siguientes:
1.- Dificulta en el marco teórico de referencia, así como en la
conceptualización del concepto, ya que existen variadas aproximaciones
teóricas. Incluso Castillo (citado por
Blanco y Messina, 2000) menciona que las innovaciones serán educativas
cuando provoquen un cambio en la persona, de lo contrario solo serán
innovaciones en la educación. De igual forma, Unesco distingue el concepto de
innovación referido a lo político y a lo administrativo, la innovación
educativa para los cambios en objetivos y contenidos, y la innovación
pedagógica específicamente para referirse a los métodos de enseñanza.
Así mismo, es necesario establecer la diferencia entre innovación,
reforma y cambio ya que si bien es cierto son conceptos entrelazados no son
sinónimos. Por un lado, una reforma educativa implica un proceso de innovación
pero ambos conceptos poseen un grado de impacto diferente. De igual forma, toda
innovación implica cambios pero no todos los cambios son innovación. Para
Aguerrondo (citada por Blanco y Messina, 2000) la innovación puede ser a nivel
micro y macro; la primera de ellas se refieren a los cambios parciales que se
realizan en el sistema educativo, mientras que las segundas permiten las
transformaciones globales o estructurales.
La problemática principal al intentar conceptualizar la innovación atañe
al hecho de que tiene referentes de tipo político, social, cultural y
epistemológico por lo que se ve y entiende desde diferentes ópticas con la
consecuente dificultad para homogeneizar su percepción, lo cual va a depender
del contexto en el cual se analice y de los referentes de quienes lo aborden.
2.- Criterios y procedimientos para la identificación de las
innovaciones. Lo anterior debido a que no existen criterios homogéneos para
filtrar lo que es innovador de lo que no lo es, además de que el mismo criterio
es utilizado de forma imprecisa. Algunas organizaciones han intentado
establecer procedimientos sistematizados con el fin de precisar las
aportaciones realmente novedosas a manera de formularios o guías metodológicas.
Países como Colombia, Chile y Brasil promueven proyectos en los cuales se
rescatan y comparten prácticas docentes consideradas innovadoras como una forma
de reconocer y apoyar lo innovador en el contexto educativo.
3.- El registro y la difusión de las innovaciones constituye otro
problema debido a que no existe una base de datos sobre el tema; en cuanto al
registro existen pocas bases de datos y algunas de ellas no tienen los
elementos principales que permitan dar cuenta de lo que se considera innovador.
De igual forma, la difusión es limitada, quedando solo en el espacio inmediato
de producción sin traspasar fronteras ni beneficiar a contextos escolares más
amplios.
4.- En cuanto a la continuidad y consolidación de las
innovaciones puede decirse que resulta contradictorio con el concepto mismo, ya
que al darle continuidad y consolidarse algún evento innovador no puede
mantenerse así por mucho tiempo porque quizás perdería su esencia de
innovación. Aun así, el problema de la continuidad y consolidación no permite
que se enriquezcan dichas innovaciones dándose a conocer en otros espacios, y
además porque existe una tendencia en las escuelas a estabilizar algunas
prácticas en contraposición a la necesidad de cambios.
De igual forma, el problema de la continuidad o consolidación en otros
contextos puede parecer ineludible debido a que como ya se ha mencionado, la
conceptualización del término implica tomar en cuenta las características
específicas de cada contexto, sus docentes, sus valores, sus costumbres y sus
necesidades de cambio por lo que lo que es innovador en una comunidad y trae
beneficios a su población, en otra escuela puede pasar inadvertida o totalmente
inadecuada.
5.- La falta de evaluación y seguimiento es otra dificultad, ya
que no existe la sistematización suficiente para determinar cuáles son los
factores que permiten el éxito de la innovación, o bien la posibilidad de
detectar posibles obstáculos en la misma para reorientar el proceso o hacer los
ajustes pertinentes.
Para la evaluación y seguimiento es pertinente tomar en cuenta los
siguientes elementos:
a)
La duración del proyecto, en un lapso de tres años para proceder a
evaluarlo.
b)
El cambio de modelo y de actitud, analizando si realmente se ha dado la
ruptura con modelos previos que se intentan sustituir.
c)
La implementación de las acciones, evaluando cómo se realizaron y qué se
requirió para ello.
d)
La capacidad de integración, tomando en cuenta otros componentes del
proceso educativo como ideas y prácticas ya existentes.
e)
Los impactos potenciales que pudiera tener en elementos como el
currículo, los métodos de enseñanza, los docentes y el sistema educativo en
general.
Es necesario mencionar, tal como menciona Poggi (2011) la pertinencia de
efectuar una evaluación de tipo interno tanto como externo, ya que a la vez que
se genera la capacidad de análisis de los actores principales, también se
retroalimenta y se re-direcciona lo pertinente de acuerdo y bajo la mirada de
otros.
6.- La carencia de investigación y sistematización es otro
problema debido a que no existe un ejercicio de reflexión desde la práctica ni
una organización sobre lo implementado para actuar con eficacia y eficiencia en
el espacio escolar. En este sentido “la finalidad de la sistematización es
hacer conscientes los conocimientos que subyacen en la práctica, recuperarlos,
ordenarlos, comunicarlos y traducirlos en propuestas de acción, adquiriendo
conocimiento o teoría a partir de la práctica” (Blanco y Messina, 2000, p. 61).
3.
México y la innovación educativa.
Comparando lo encontrado en cuanto a problemática en América Latina en
relación a México, es necesario mencionar que existe la misma dificultad en
cuanto al registro y la difusión de las innovaciones constituyendo un problema,
debido a que si bien es cierto que en algunos centros educativos del país se
han creado e implementado algunas ideas innovadoras, no han tenido la difusión
pertinente en un marco más amplio, aunque quizás se haya hecho en contextos
limitados o reducidos.
Otro factor relevante ha sido la falta de recursos materiales y humanos
que frenan en ocasiones la implementación o el buen desarrollo de la
innovación, ya que aunque se tengan proyectos relevantes si no se cuenta con el
recurso pertinente difícilmente se podrá llevar a buen término.
La preparación de los docentes constituye un elemento importante para
ser mencionado como una problemática en el contexto de la innovación ya que
como se recordará para que un cambio realmente sea innovación se requiere que
provoque una transformación desde abajo, desde la base, modificando creencias y
actitudes principalmente en los y las docentes, por lo que se requiere
implementar programas permanentes que coadyuven a la toma de consciencia y a la
sensibilización ante el cambio necesario en las sociedades actuales por parte
de la planta docente del magisterio mexicano.
En este rubro, durante el sexenio gubernamental pasado hubo cierto
avance en dichas ideas innovadoras ya que se propusieron acciones importantes
como el establecimiento del Programa Nacional de Actualización Permanente para maestros
de educación Básica (PRONAP) con la puesta en marcha año tras año de cursos
estatales y trayectos formativos donde se abordaban temas pertinentes,
relevantes y necesarios en la formación docente (López, 2010).
Una problemática encontrada en ambos contextos (México y América Latina)
es la falta de seguimiento y de evaluación que se hace a lo implementado con
tintes de innovación, por lo que no pueden detectarse los aspectos que pueden
estar propiciando mejoras, o bien detectar aquellos elementos que entorpecen el
proceso y que por ende requieren ser reajustados o incluso eliminado.
Por último, es importante mencionar que de acuerdo a Tedesco (citado en
Blanco y Messina, 2000), el equilibrio entre la tradición pedagógica (saberes
teóricos y prácticas docentes) como reflejo de una visión del mundo, y el apoyo
institucional por parte de las autoridades educativas y del Estado será lo que
posibilite la minimización de cualquier problemática surgida en cuanto a la
innovación educativa, tanto en México como en cualquier nación del orbe. Si
alguno de estos dos elementos falla difícilmente se podrá hablar de innovación
aun cuando se presenten cambios en el contexto educativo.
Conclusiones.
La innovación no debe concebirse como un proceso ahistórico ya que va a depender de contextos socio-culturales específicos y en un tiempo y espacio determinado, es decir, lo que se considere como innovador dependerá de las circunstancias culturales y sociales que se presenten en determinadas sociedades en un tiempo especifico a través de la historia. Bajo esta perspectiva, lo que hace doscientos años cincuenta años era innovador ahora puede ya no serlo. Además, las creencias y referencias de cada sujeto variarán también a través del tiempo por lo que para unos puede ser novedoso para otros puede no serlo.
Por lo anterior,
quizás es pertinente buscar en el espacio educativo los elementos que permitan
no el establecimiento de la innovación o hechos innovadores, sino la capacidad
de innovar tratando de desarrollarla en los docentes y en las autoridades
educativas y gubernamentales, por las diferencias de contextos en los cuales
pueden implementarse.
Por último, para
que una innovación realmente lo sea se requiere contar con varias condiciones
tales como el compromiso y apoyo real de la parte política y gubernamental de
toda sociedad que aspire a ser considerada innovadora, y el segundo elemento
–igual de importante- lo constituye la modificación consciente y comprometida
de los y las docentes, así como de los administradores y directivos escolares,
para garantizar que los cambios se harán desde la base en beneficio del
alumnado atendido en las aulas escolares.
Referencias bibliográficas.
López,
F. (2010). La reforma curricular en la educación básica. En Arnaut, A. y
Giorguli, S. Los grandes problemas de
México. México: El Colegio de México.
Barraza,
A. (2005). Una conceptualización
comprehensiva de la innovación educativa. Revista Innovación Educativa.
Instituto Politécnico Nacional. 5 (28). pp. 19-31
Blanco,
R. y Messina, G. (2000). La innovación
educativa en América Latina. En Estado del arte sobre las innovaciones
educativas en América Latina. Bogotá: Convenio Andrés Bello.
Gómez, M.G. (2002). La
innovación y cambio para el mejoramiento escolar. México: Universidad
Pedagógica Nacional.
Poggi, M. (2011). Innovaciones
educativas y escuelas en contextos de pobreza. Evidencias para las políticas de
algunas experiencias en América Latina. Buenos Aires: IIPE-UNESCO.
Rimari, W. (S/F). La
innovación educativa. Un instrumento de desarrollo. Recuperado de
http://www.uaa.mx/direcciones/dgdp/defaa/descargas/innovacion_educativa_octubre.pdf
Autora: Mtra. Magdalena Contreras Hernández.
CINADE, Zacatecas.
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