viernes, 28 de febrero de 2025

Competencias docentes para la innovación educativa: Fortalecer el profesionalismo docente como propuesta para un futuro prometedor.

 



Elaborado por: Jaime Flemate López      Zacatecas, México Febrero 2025


"Un docente que no se actualiza y se compromete con su labor educativa contribuye a la perpetuación de prácticas mediocres y desmotivadoras en el aula." - Fullan, M. (2007)


Abstract


Cada día que pasa la evolución de la sociedad en el mundo y en méxico va cambiando, va transformando la realidad social y educativa, para garantizar una educación de calidad  es necesario  adaptarse y  readaptarse a las nuevas necesidades sociales, culturales, tecnológicas y económicas. Tener la necesidad de tener competencias que te fortalezcan como docente  en un nivel básico o superior.  De ahí la importancia de hablar de una problemática como lo es la falta de  profesionalismo en el docente  y como construir competencias para el docente del siglo XXI,  su forma de innovar y transformar la realidad  educativa. 


 La docencia primaria en México es crucial para el desarrollo infantil. La falta de profesionalismo docente, la falta de innovar en clases, de no tener una evolución en sus practica queda   evidenciada en la escasa formación y compromiso, que algunos docentes  tienen y afecta negativamente la educación. Es vital fortalecer la formación inicial y continua de los maestros, reconocer su labor profesional, mejorar las evaluaciones y fomentar la  innovación y colaboración entre docentes; Invertir en la profesionalización docente es esencial para garantizar una educación de excelencia y un futuro prometedor para la nación.



PALABRAS CLAVE: profesionalismo docente, educación, educación de excelencia, calidad, compromiso, desarrollo infantil, evaluación, innovación, formación.


La docencia a nivel primaria en México es fundamental para el desarrollo integral de los niños, quienes son el futuro de la nación. La profesionalización del docente tiene un gran impacto en la enseñanza, especialmente en esta etapa crucial del aprendizaje, pues se considera que solo el amor y la educación pueden cambiar al mundo. Para desempeñarse con ética y calidad, la docencia en la educación primaria exige una serie de requisitos no comparables con los de otras profesiones. un cuestionamento que se plantea es ¿Cómo se favorece  un profesionalismo en los docentes si no cuentan con las competencias necesarias?, es necesario  ver que problematicas tiene el docente hoy en día para identificarlas y atenderlas.


El papel del maestro de primaria va más allá de la simple transmisión de conocimientos. Se trata de formar los cimientos de la educación de los niños, inculcando valores, habilidades y competencias que les acompañarán a lo largo de su vida. Por ello, se requiere una profesionalización que permita al maestro proporcionar una enseñanza de calidad. Un docente bien preparado puede marcar una diferencia significativa en la vida de sus alumnos, motivándolos y guiándolos en su camino educativo.


Hablando de estadística y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en México:

- Hay 1,197,778 personas ocupadas como docentes en educación básica.

- La mitad (50.4%) de la población docente imparte enseñanza en primaria, 25.9% en secundaria y 23.7% en preescolar.

- De la mayoría de las personas dedicadas a la docencia en educación básica, aproximadamente 89% tienen contrato ya sea de base, planta o por tiempo indefinido.

- En Zacatecas, Zacatecas hay  8,515 maestros laborando en escuelas primarias primarias


En México, la necesidad de contar con maestros que innoben y esten altamente capacitados en las escuelas primarias es imperativa. La formación continua y la actualización pedagógica son esenciales para asegurar que los docentes estén equipados con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos educativos actuales. La enseñanza de calidad no solo mejora el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también contribuye a su desarrollo emocional y social.


Sin embargo, en el contexto educativo actual, la falta de profesionalismo docente emerge como una preocupación crítica que afecta tanto a estudiantes como a la calidad general del sistema educativo. Este problema se manifiesta de diversas formas, desde la falta de preparación y actualización constante de los maestros, hasta actitudes de desinterés y falta de compromiso con la labor educativa. La ineficiencia en la enseñanza no solo limita el potencial de aprendizaje de los alumnos, sino que también contribuye a una percepción negativa de la profesión docente en la sociedad.


La falta de profesionalismo docente es un problema persistente que afecta significativamente la calidad de la educación en México. Este fenómeno se manifiesta de diversas maneras, comenzando por la resistencia de algunos maestros a formarse en instituciones especializadas. Como menciona Martínez (2013), "hay aún muchas resistencias entre maestros que no tienen una formación en algunas de las IFAD".


La desvalorización de la enseñanza es otra consecuencia de esta falta de profesionalismo. Sin una verdadera vocación y preparación, "la enseñanza puede llegar a desvalorarse si no se realiza con verdadera vocación y preparación" (Martínez, 2013). Muchos profesores han llegado a la docencia "por infinidad de circunstancias o motivos, sin haber cursado nunca en una escuela normal; se abren paso en el ámbito educativo y pasan su vida en él" (Martínez, 2013). Esta falta de formación adecuada lleva a que algunos docentes no cuenten con los requisitos necesarios para ser verdaderos formadores, lo que plantea la pregunta, ¿formando? alumnos.


La falta de bases pedagógicas es un problema común entre estos docentes. Tal y como lo expresa Martínez (2013), "sin bases pedagógicas ni formación docente previa, muchos entran al aula sin las herramientas necesarias para impartir una educación de calidad, mucho menos de excelencia." Sin embargo, la formación formal puede tener un impacto positivo.


Por otro lado, existe la percepción de los profesores como meros receptores pasivos de ideas e instrucciones, lo cual "presenta escasas posibilidades de éxito" (Nemiña, 2009). Para que los maestros puedan desarrollarse profesionalmente, es crucial que se les considere "aprendices activos que construyen sus propios significados de la participación activa de procesos de desarrollo profesional" (Nemiña, 2009).


La falta de vocación e identidad profesional es otro aspecto crítico. De acuerdo a Martínez (2013), citando a Esteve, la "falta de vocación de los maestros de secundaria y la falta de identidad profesional" se explica porque muchos maestros "estudiaron carreras para químicos, físicos o matemáticos pero no para maestros, ingresando fácilmente a esta área de trabajo sin contar con las habilidades, actitudes y capacidades que el magisterio demanda."


Otro desafío es la desconexión entre el desarrollo profesional y la práctica docente cotidiana. Nemiña (2009) resalta la importancia de que "el desarrollo profesional se sitúe en la práctica docente cotidiana, más que en alejadas teorías sobre contextos lejanos." Los programas de formación deben estar arraigados en la realidad diaria de los profesores para ser verdaderamente efectivos.


Sin una verdadera convicción por lo que se hace, "la docencia pasa a convertirse en una tarea desempeñada con desgano, mediocridad y deficiencia" (Martínez, 2013). Además, la falta de compromiso y el mal ejemplo que algunos docentes dan es evidente, ya que, como menciona Martínez (2013), "¡qué distinto sería nuestro país si todos esos que se dicen maestros y se la pasan en marchas y manifestaciones, olvidándose de sus aulas, entendieran la importancia e influencia de su ejemplo en sus alumnos y en la sociedad en general!"


La falta de profesionalismo docente es un problema significativo que obstaculiza el avance del sistema educativo, y la falta de un rol activo en el diseño e implementación de su desarrollo profesional es otro aspecto problemático. Los docentes "deben tener un papel significativo en los procesos de cambio que se producen en la escuela, y esto requiere un clima que reconozca sus aportaciones, puntos de vista y se estimule su participación" (Nemiña, 2009). Sin este reconocimiento y estímulo, es difícil que los maestros se sientan motivados para mejorar y evolucionar en su práctica.


Además, “el seguimiento de las mejoras e innovaciones introducidas en el ámbito educativo debería ser sostenido y duradero en el tiempo para que la mejora y el cambio tuviese lugar" (Nemiña, 2009). Sin un seguimiento continuo, las iniciativas de mejora corren el riesgo de perder impulso y efectividad.


Finalmente, la falta de oportunidades para la observación, colaboración y apoyo mutuo entre los docentes es una barrera significativa, pues como lo dice Nemiña (2009), "la propia dinámica de la organización escolar no permite demasiados encuentros de observación, colaboración y apoyo entre profesores." Estos encuentros son esenciales para compartir buenas prácticas, recibir retroalimentación constructiva y fomentar un ambiente de aprendizaje continuo.


A manera de Conclusión es evidente que la falta de profesionalismo docente en México representa un obstáculo significativo para la mejora de la calidad educativa, especialmente a nivel primaria. Para erradicar esta problemática, se proponen  estrategias que se  consideran cruciales:


Primero, se debe fortalecer la formación inicial de los docentes. Es imperativo que las instituciones encargadas de formar maestros, como las Escuelas Normales y otras entidades educativas, ofrezcan programas de alta calidad que no solo se enfoquen en el conocimiento teórico, sino también en la práctica pedagógica efectiva e innovadora. La incorporación de prácticas supervisadas y mentorías desde las etapas tempranas de formación puede hacer una gran diferencia en la preparación de los futuros maestros.


Segundo, la formación continua debe ser una prioridad. Proponer políticas que obliguen y faciliten a los docentes a participar en programas de actualización y desarrollo profesional que innoven las tendencias actuales  de manera regular es esencial. Estos programas deben estar adaptados a las necesidades reales de los maestros, promoviendo su participación activa y brindando herramientas prácticas que puedan implementar en sus aulas.


Además, es vital que los maestros sean reconocidos y valorados como profesionales. Crear un clima laboral que estimule su participación, reconozca sus aportaciones y promueva su liderazgo  compartido en los procesos educativos es fundamental. Esto puede lograrse a través de incentivos económicos, reconocimiento público y oportunidades de desarrollo profesional.


También se debe mejorar el sistema de evaluación docente, haciéndolo más justo y enfocado en el desarrollo profesional. Las evaluaciones deben ser vistas como una oportunidad para el crecimiento, no solo como una herramienta punitiva. Proporcionar retroalimentación constructiva y acceso a recursos para mejorar áreas de debilidad ayudará a los docentes a ver las evaluaciones como un paso positivo hacia su profesionalización.


Tener un curriculum que contribuya a la generación de estrategias innovadoras que permita consolidar los campos formativos con sus metodologías, la  NEM nos da esa apertura a adaptar los contenidos y PDAS a innovar en los proyectos y metodologías que asignemos. 


Dar en todo momento esa plusvalía  a las cosas que como docente hacen, crear un valor extra a las actividades académicas demostrara un sentido de pertenencia y de innovación en su trabajo profesional. Citando  el texto de Arias, Giraldo y Amaya (2013) donde citan  a Lopez y Recio (1988) donde existe un proceso creativo en los estudiantes y que se pueden trabajar bajo estos 4 ejes transversales durante su formación: La primera es la actitud ante los problemas( Motivar, sensibilizar, concientizar y estimular  desde diferentes perspectivas), segunda la forma en como se debe usar la información, tercero el uso adecuado  de los materiales  o recursos que deben utulizar, por último climas de trabajo o un clima organizacional acorde a un sistema de valores y eticos de que debemos tener. 


Fomentar la colaboración entre docentes es clave, es decir, crear espacios y tiempos dentro del horario escolar para que los maestros puedan observar, colaborar y apoyarse mutuamente puede enriquecer enormemente sus prácticas pedagógicas. Estas interacciones no solo mejoran la calidad de la enseñanza, sino que también fortalecen la comunidad educativa.


En pocas palabras, para erradicar la falta de profesionalismo docente en México, es necesario un enfoque integral que incluya una formación inicial sólida, desarrollo profesional continuo, reconocimiento y valoración de los maestros, evaluaciones justas y constructivas, y una cultura de colaboración. Como país, tenemos la responsabilidad de invertir en nuestros maestros, pues ellos son los pilares sobre los cuales se construirá el futuro de nuestra nación.


REFERENCIAS



Arias Arciniegas, Claudia Milena, Giraldo Bedoya, Diana PAtricia y Anaya Urbina, Lina Maria (2013), Competencia creatividad e innovacion: conceptualización y abordahe en la educación. Instituto de Envigado, Katharsis, Colombia.


INEGI (2020). ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA DEL MAESTRO. DOCENTES EN EDUCACIÓN BÁSICA EN MÉXICO. DATOS NACIONALES. Comunicado de prensa Núm. 215/20. 1


INEGI (2020). Maestros y escuelas por entidad federativa según nivel educativo, ciclos escolares seleccionados de 2000/2001 a 2022/2023. https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=8c29ddc6-eeca-4dcc-8def-6c3254029f19


Nemiña, R. E., García Ruso, H. M., & Montero Mesa, L.  (2009). DESARROLLO PROFESIONAL Y PROFESIONALIZACIÓN DOCENTE. PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 13(2), 1-13.


Martínez G, M.,  (2013). LA INFLUENCIA DE LA PROFESIONALIZACIÓN DEL DOCENTE EN LA ENSEÑANZA. Ra Ximhai, 9(4), 141-148. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.